Dlklir pescador
Son la cinco de la
madrugada cuando Dlkir acude a extender sus redes en la orilla norte en la que
el Caspio besa a Bakú, una tenue brisa, unos rayos que se intuyen y sobre todo
unas manos llenas de años de red y experiencia, miran el Caspio como si cada
mañana el mar lo esperara para poder completar el amanecer.
Es cierto que Dlkir es red y mar,
fue niño y pesca y ahora es mirada y sentimiento, es sal y cordura; los
elementos suficientes para saber, que cada día necesita ese mar, como el mar
necesita sus redes. Sin esas aguas el hombre, el pescador no es más que sombra,
una historia por contar una canción en una barca o un niño lejano -hoy de
arruga y azul- mirando un mar que no es
infinito pero que cuando cierras los ojos su aroma te susurra universo.
La red extendida, el rumor de un
viejo motor, un Caspio poderoso agitando sus aguas al contacto con una
costumbre que a fuerza de ser diaria tiene la caricia de cada día y el suspiro
de cada momento, comienza la pesca, Dlkir echa la red, el sol despunta sobre
las aguas y el viejo motor pone la música de cada día, donde un mar y un viejo
pescador son más que una profesión son el alma de una historia.
Los amigos de Tifur
En la calle el sol marca un mediodía
entre nubes de algodón, la calle concurrida, es un barrio del interior de Bakú, un
indeterminado discurrir de calles y cuestas, donde nada es nuevo pero lo fue en
otro tiempo; hay mujeres con pañuelo y hombres que vienen y van es sus coches,
algunos nuevos otros de un pasado de tecnología espartana.
Nervio de calles concurridas, de
calles vivas en sonidos y en luz, mediodía en el barrio interior y el discurrir
de las horas y de las sombras en la pared se ve interrumpido por gargantas
agudas, por el chillido inocente, por esa voz que grita alegría o asombro pero
como dicen en la modernidad occidental “de buen rollito”, la pelota bota en el
asfalto y las risas ponen el compás, en medio junto a la acera Tifur con doce
años y una silla de ruedas perfectamente calzada, los amigos de su edad le
rodean, le tiran la pelota a las manos, Tifur atrapa el balón y lo devuelve.
El juego es sencillo se trata de
dar con la pelota a un amigo que está en medio, dentro de un circulo que es la
tapa de una alcantarilla, Tifur acierta los amigos disfrutan gritan y se
alegran, las sonrisas se funden con la pared blanca del edificio de viviendas
donde viven muchos de ellos, las mochilas en la acera apiladas, Tifur sonríe,
de repente la brisa acaricia sus caras, el Caspio también sonríe y juega en la
calle de un barrio interior de Bakú.
Tatiana
El Café Dorgklas tiene un extraño
aroma entre vapor y madera, la primera noche el bullicio se concentraba en la
zona central con mesas plenas de conversaciones entre turnos de cena y copas.
La segunda noche, el bullicio era
menor, la camarera de pelo largo morena, me dijo que ella era griega, ya se
sabe Grecia la cuna del pensamiento, del debate, de esa raíz tan humana y tan analítica
que es la filosofía, ultrajada y arrodillada por el capitalismo atroz,
perdiendo como una herida cruel a sus hijos en una diáspora sin sentido.
En la esquina entre un gracioso
farol de bronce con una bombilla convencional, estaba la mesa de Tatiana, todas
las noches la dama acude al Dorgklas, sus labios rojos pasión, su pelo cano en
media melena le dan la elegancia que estamos acostumbrados a ver en el
mediterráneo, pero Tatiana es sueca de nacimiento pero Bakú es su casa. Bakú es
su elegancia, es su escenario favorito, Tatiana recuerda a esas mujeres de la
Nobleza descritas en las novelas románticas, de encaje y seda, de mirada cálida.
Lo sé, Tatiana es la dama de
Bakú, su café corto, su exquisito broche, su anillo de metal blanco y esa
permanente observación de todo lo que ocurre en su atmosfera, en cada rincón
del Dorgklas, me hace comprender que junto a ella, están pasando y distinción,
elegancia y quietud, en suma ese saber estar que hace plena mi curiosidad.
Amigo del alma, sé que hace siglos que no paso a leerte y comentarte, que el tiempo pasa y el olvido aumenta...sin embargo quería decirte personalmente que gracias, gracias porque dentro de poco publico mi primer libro y que jamás podría haber conseguido tal sueño sin el aliento y la generosidad de personas como tú que habéis estado siempre ahí conmigo. Tan solo eso y que te llevo siempre en el corazón y que un abrazo gigante.
ResponderEliminarQuerido Javi, ya me perdonarás la confianza, pero siempre eres bienvenido a esta casa que es tuya. La noticia de tu publicación me alegra mucho y sobre todo me anima a seguir leyendo a personas que desde la humildad de un blog me han hecho tener visiones del mundo distintas y plenas de sensibilidad, de poesia y de paisaje.
ResponderEliminarEse libro me alegra enormementer y por supuesto se incorporará a mis libros, prometo leerlo y te agradezco la noticia y el detalle de que lo hagas personalemte, ya nos indicarás como poder adquirirlo. Por las visitas no te preocupes yo cuando escribo no lo hago esperando respuestas cada cual tiene para mi la libertad de entrar y salir de contestar o no, el mundo de las letras es muy libre por fortuna.
Un gran abrazo.