martes, 31 de diciembre de 2013

NOCHE DE FIN





Eso de Nochebuena y Nochevieja y Navidad y Año nuevo y lo de…….. saca la bota María que me voy a emborrachar, debo confesar que de pequeñico me hacía mucha gracia, por una lado como no tenía excesivo sentido del tiempo que transcurría de una a otra le encontraba cierto encanto, por otro lado ir al Eco-Dagesa (Así se llamaba el supermercado al que iba mi madre, luego aquello acabó siendo Sabeco y ahora hay un Restaurante Chino) pleno de estantes con turrones y esas cosas pues también me hacía gracia, porque yo nunca he sido de Corte Inglés y eso que lo tenía al lado de casa y quedaba como buen zaragozano residente con mis amigos en sus puerta -no me gustaba- es más, era un martirio, yo cansado con dolor de pies,  con mi madre hablando interminablemente con el dependiente/a que le explicaba con todo detalle el abrigo, pantalón, cazadora o bolso de turno, con ganas de irme a casa; de hecho aquello se convirtió en un truco, cuando no querían que fuera con ellos decían la palabra mágica “Nos vamos al Corte Inglés” y en ese momento yo decía un no claro y rotundo acompañado de ostentosos giros negativos de cabeza.

Vale que no me mola el dulce, eso también es cierto no como mi hermano mayor, que devora las pastillas de turrón de yema tostada, el de Muñoz claro, que en esa casa no entra cualquier turrón, eso me recuerda que mi hermano todavía le debe un regalo a alguien que hace un tiempo le regaló una pastilla de turrón. Pero eso es otra historia.

Luego las campanadas las uvas y directamente el cumpleaños feliz y así, un año y otro año, al final de todo, beber y comer, mucho estar poco hablar y eso ya llevo años comentándolo bueno predicar deja huella aunque el predicador esté como un cencerro. Cuando he empezado este escrito la intención del subconsciente era la de poner a parir a alguien estoy seguro, pero conforme avanzan las líneas no encuentro motivos para poner a caer de un burro a ningún mortal ni ser celestial, será que todo cambia como dije hace un tiempo, el sol sale todos los días y los brillos son distintos cada día, unas más otras menos y el famosos asunto del cristal con que se mira.

En el fondo el sol afecta a los vampiros, y por eso hablar de sol es un riesgo, no tanto la clave de sol, esa es como un alimento uno más de un festín interminable por fortuna. Pero el Vampiro languidece, no sabemos cuánto tiempo durará ni qué futuro le deparara cuantas cosas tendrá que decir o callar, cuanto música queda pendiente de saborear en el festín de las notal la bacanal de compases y acordes, claro que donde haya un atril y una partitura allí habrá un excelente conjunto de notas y a fin de cuentas eso es en cierta medida el festín referido en estos párrafos.

El 31 será otra noche de fin, más que de comienzo, por esa rotundidad que tantas veces comento “hacerse mayor es una puta mierda” por lo menos en los casos de los que soy espectador especial, aunque el que viene será el año de la mayoría de edad de mi bicho favorito y en unos días los dos personajes cumplen un año, aunque 2013 también prometía y ha dado zarpazos durísimos, pero esos los vamos ganando con el tesón que caracteriza a los buenos luchadores en este caso luchadora.