A Clochard, por tantas palabras y emociones
Cuando las palabras no sirven,
cuando acabamos perdidos en los laberintos que un día nos acercaron, solo las
notas de una luna que seduce mi tejado, son lenguaje y palabra exacta para
definir sentimientos y emociones, para que los ojos vidriosos sean testigos de
pasados días de ensoñación.
A todos aquellos con los que un día fuimos palabra y hoy somos sombra y
recuerdo, aquellos perdidos en los desiertos, en los glaciares, en las selvas
más urbanas, a todos ellos un batir de cuerdas, que son suyas tanto como mías.
Siempre compartimos la luna, y
esta caprichosa hechicera, nos desdeña o nos ama, nos ilumina o nos aturde,
pero siempre cada noche cuando viste sus más delicadas sedas, siento que me
besa en silencio, seduciendo mi tejado.