Se constata una realidad con la llegada del siglo XXI, la especie está retroceso evolutivo al menos en las ciudades se antoja evidente. Los agradecimientos en primer lugar a las ocho horas de jornada laboral, profesiones liberales o las de oficina diaria; a partir de ahí sumemos las veinte horas acaso más de tener (como definiría un castizo) la jeta pegada a la blackberry, Iphone portátil y otros adelantos de base electrónica. Todo ha conducido a que el rey de la creación haya perdido completamente la postura erecta. En esa misma línea es constatable la pérdida de su habilidad para utilizar una herramienta que requiera algún esfuerzo físico, a día de hoy esa habilidad es prácticamente nula, y del raciocinio mejor ni hablamos… Antes hablábamos de “grupos humanos” hoy hablamos de targets y en lugar de preguntar a alguien si conoce a una persona el enunciado es: “¿Lo tienes agregado?”, lo que puede dar lugar a equívocos las más de las veces mal intencionados.
El pertinaz consumidor es el nombre de la involución evidente del siglo XXI, un primate que ha dejado de lado la abstracción de pensamiento característica del añorado sapiens para dedicarse a la acumulación indiscriminada de objetos, imágenes, pasar tardes de domingo con su familia en el centro comercial -aún cuando está cerrado- llenar agendas electrónicas de información y “amigos” o “seguidores”. El pertinaz consumidor es un ser alienado (abducido y seducido mentalmente) que ha perdido contacto con su entorno y con la mayoría de sus semejantes. La mayor de las veces no tiene una ideología política, tampoco una postura social por otro lado se considera libre de cualquier dogma o cepo moralista o religioso. Visto y oído, lo verdaderamente importante para el pertinaz consumidor es el acopio brutal. Este ser al que calificaremos científicamente como homínido es fácilmente reconocible por la imperativa invención de extra-sensoriales necesidades ficticias de toda índole y, como manifiesta una demostrable pérdida de sus habilidades emocionales, es sencillo que genere reales apegos por objetos inanimados como minúsculos teléfonos móviles o un par de gafas y un amplio abanico de mandos a distancia de todo tipo y modelo. Pese a todo ello, ni el pertinaz consumidor con todas sus apps ha podido librarse de la ira del dios todopoderoso de Occidente, cuyo reinado del terror no discrimina entre cristianos, católicos o judíos y empieza tener posiciones preferentes en otras religiones: Se trata de Eros.
Se busca el amor y esa búsqueda se convierte en un hito que preside las actividades más frecuentes, y estas pasan a convertirse en indispensables. El instrumento que sirve de guía y encumbrado sumo-sacerdote a partes iguales, es denominado sagradamente como Publicidad.
Ese supremo Chamán, no solo establece al ya de por si debilitado homo o pertinaz consumidor -que debe adquirir y como administrarlo- para atraer, conservar, mantener y triunfar en el amor. Para ello y como si de una enseñanza sublime se tratara, establece que tener automóvil último modelo sin chica, es como tener cinturón pero no tener pantalones, sería más prosaico decir lo de tener un Moliere en lengua original y no saber francés, pero el hombre consumidor no está para estos ejemplos elaborados. Otra cuestión es mantener la belleza, un tratamiento en siete días carece de contenido, sin un marido al que hacer abandonar su idea de que con la secretaria está mejor, aunque estos mismos tratamientos incitan de manera masculina a todo lo contrario, con la secretaría “como con ninguna”. Para ser prácticos, una mujer consumo, no comprara una yogurt, para sentirse bien, en perfecta armonía consigo misma, lo hace con el objetivo primordial de seguir siendo esa reina diaria espejito, espejito… con su pareja y primordialmente ante las vecinas “Chonys” de un mismo universo”. Si entramos en el delicado mundo de las sales de baño o el más aún delicado de las pérdidas de orina, veremos que la elección se inclinará en aquel producto que le haga tener un orgasmo (medio orgasmo también es aceptable) aunque continúe con una leve caspa en su cuero cabelludo o permanentemente húmeda.
En el caso del hombre consumidor, todos los detalles de esta nueva religión, y del Chamán que la capitanea, indican, que la correcta elección del perfume es fundamental, eso combinado con la cerveza perfecta hará que su imagen ante las mujeres sea de tal magnitud, que estas tendrán visiones múltiples de erotismo ante su sola presencia. Factor fundamental es la sabia elección del tinte en combate abierto contra las canas, que permite un mayor recorrido entre las edades que imploren de rodillas sus favores, de igual manera el preservativo debe garantizar no solo un triunfo arrollador en el campo patrio, también Europa por cercanía y búsqueda de sol y playa debe quedar rendida a sus pies.
Nada queda al margen de los designios de Eros y el camino de La Publicidad como vehículo propio e instrumento clasificatorio de los correctos pasos a seguir, en el triunfo más superlativo en tan singular envite. Siempre digo, al menos conforme voy creciendo, que los poetas cuentan entre sus dones el intuir el futuro, también ese que en algunos aspectos es cómico-patético. Recuerdo al gran Benedetti cuando en un maravilloso verso nos recordaba cosas que pasan y que todavía pasaran en mayor y pútrida cantidad.
Ustedes cuando aman
Al analista van
El es quien dictamina
Si lo hacen bien o mal
Al final de todo el recorrido, la noche, la cama impoluta, dos docenas de objetos: mandos a distancia, móvil, agenda, y unas Ray-Ban rayadas en la mesa frente al televisor sin sonido, un olor a perfume en mezcla vomitiva con sudor y tabaco y ellos y ellas solos, frente a un ordenador portátil donde se súplica amor en las inmundas tabernas de un Chat.