No dejo extrañado a casi nadie
que me conoce, cuando digo que en muchos momentos del día, me sumergiría en las
aguas de la opinión por muy turbulentas que estas parezcan. Claro está que tal
como vienen los torrentes y después de que en el espacio que administro es
decir: El Vampiro del Cierzo haya metido mi dedo en cuestiones como la
educación, los desahucios o las vidas de plástico que adoptamos alguna noche de
infamia mental ¿Cómo no hablar de Jefaturas del Estado? Creo que toca dar una
opinión propia ya que como dice Carmen París “Porque quiero y me da la gana”.
Me deja perplejo el cinismo de
aquellos que enarbolan la bandera de lo constitucional para quitar argumentos a
los que pedimos que la palabra final sobre la forma de Estado sea votada por
los ciudadanos, aquellos que mentan el consenso del 78 y la superación de viejas
heridas como argumento de lo solido del sistema frente a las pretensiones desestabilizadoras
que según ellos abonaría un Referéndum.
A todas luces los doctrinarios que tanto
defienden la constitución del 78, olvidan con cierta frecuencia artículos que incumplen
con bochornosa actitud; como ejemplo eso de que todos los españoles son iguales ante la ley………..
Aplicaré aquello que decía mi hermano cuando eso mismo decía mi padre en algún “mandado”
casero –unos más iguales que otros- por no recordar lo del derecho a un
vivienda digna, a un trabajo digno y a todas esas cuestiones sobre el derecho
de manifestación que tan puestas en tela de juicio están ahora.
Han pasado 35 años de la
aprobación de la constitución y hoy en día una alto porcentaje de ciudadanos ni
la votamos ni la entendemos, porque esto de que las cosas son para siempre
evoca con cierto escalofrío al “Atado y bien Atado” de sombrías épocas
inmediatamente anteriores, claro siempre me saldrá en este punto algún LUISMA
de la política diciendo eso de que gracias a la constitución tenemos un régimen
de libertad y todas esas cosas, que dichas en una emisora amiga parecen más
creíbles.
Dicho régimen de libertades es
ese que rescata a la banca con el dinero de todos, que permite desahuciar a
gentes de sus casas, que hace de la educación y de la sanidad un negocio al
margen del bien social, pues si eso es lo que garantiza la constitución, habrá que
cambiarla LUISMA (o LUISMAS) de la política.
Y en esto llegó la abdicación de
Campechano I y claro los garantes del pacto rápidamente movilizan huestes, nos
dicen que el día de su cumpleaños Campechano I, se vio mayor y maduro la idea,
pero el 25 de mayo que no era el cumpleaños de ningún monarca (al menos que yo
sepa) alguien debió pensar, pues lo hacemos ahora o igual dentro de unos años
ya no se puede hacer y de ahí las prisas a saber: la Ley orgánica que tiene las
mismas líneas que la explicación de un ¿Qué buscas? en un chat. Los puristas de
la tradición enfadados porque no hay carrozas ni realezas foráneas ni misa de
espíritu santo –estamos como para otra homilía de Rouco Varela- y sobre todo lo
peor, no hay flores ni fandanguillos ni alegría, fervientes matronas de nuestra
España.
Y para que preguntarle al pueblo,
si el pueblo está en el consenso según ellos, si ya lo dicen los dos partidos
mayoritarios esos que se ponen de acuerdo para cambiar la constitución con nocturnidad,
vuelta al atado y bien atado, que mas da que el pueblo tenga paro, pobreza
infantil, lo importante es que el orden constitucional está garantizado y
garantiza que a Campechano I le suceda su hijo (por cierto el nombre que no
mentare, de gratísimos recuerdos para los pueblos de la antigua Corona de
Aragón, donde la dinastía se estrenó ajusticiando a lo grande) y todo ello hace
innecesario que el pueblo hable, así que el pueblo sale a la calle y habla y
dice que quiere tener la capacidad de elegir, que yo tengo claro -que quiero-
pero entiendo que puede haber gente que quiera lo contrario, simplemente quiero
que esas personas y yo votemos, porque claro es, que lo que pasó en 1978 poco
tiene que ver con la actualidad y claro es que algunos que tenían una O de
obrero en sus bordados la quemaron en un horno al que sirve combustible Gas Natural.
Luego está preguntarse si la constitución
tiene algo que decir de los jugadores de balonmano metidos a especuladores y
por tanto imputados y sobre si la niña los peines sabía o no sabía lo que
pasaba en la cocina de su casa, lo de otras princesas centro-europeas no lo voy
a nombrar porque tengo buen gusto aunque algún tertuliano diga lo contrario,
que de los tertulianos ya hablaré en otra entrega mesurada.
Al final yo sí que me atrevo a
responder a la pregunta de Wyoming ¿Entre la monarquía de Letizio VI y una
Republica presidida por Aznar? Cabe pensar que el Ebola no tiene cura, pero un
constipado sí.